El estado de Veracruz es conocido por su destacada producción de café, el cual cuenta con denominación de origen.
Esta vez conversamos con don Manuel Reyes Portilla, jubilado de la Comisión Federal de Electricidad y quien desde hace 20 años se dedica a las labores del campo.
Las fincas que actualmente atiende son herencia de sus abuelos maternos, donde además de café, también cultiva plátanos, naranja chica y criolla, mango, zapote chico, entre otros productos.
Nos cuenta que su abuelo, de apellido Portilla, fue uno de los fundadores del ejido de Xico.
“Todo lo que nosotros tenemos es ejido”.
Acerca del trabajo en la finca y del proceso del café, nos platica:
Hizo énfasis en que han tenido apoyo y orientación de ingenieros, biólogos y expertos que les han explicado los procedimientos adecuados.
Con respecto a las dificultades que ha enfrentado en la finca, nos cuenta que alguna vez les “pegó la roya”, (enfermedad que da a los plantíos y es causada por un hongo) y debido a esto perdió una finca completa, la cual hasta el día de hoy continúan renovando.
Durante la charla también se refirió a cómo nos afecta el calentamiento global.
“Nosotros cultivamos bajo sombra. Todas las fincas están bajo sombra. Tenemos árboles grandes de 12 metros de zapote, ellos ayudan a captar agua”
“Ahora anda todo seco, es el principio del fin. La gente se queja de que no hay agua y esos detalles hacen que nos quedemos poco a poco sin agua”.
Sobre la pandemia y las consecuencias económicas que tuvieron durante ella, don Manuel nos explica que al campesino no le pegó tanto como a la gente de la ciudad, ya que ellos están acostumbrados a enfrentarse a las dificultades, además de que, en su finca sustentable, ellos tienen chile, tomate, camote de malanga, frijol, maíz, elotes, etc; detalles que los ayudan a sostenerse en situaciones de este tipo.
Sin embargo, señaló que el tener un espacio controlado y no tener mucho contacto con el exterior, fue una ventaja,
“En la finca con las personas que nos ayudan les dijimos que se vacunaran. Mi esposa se iba a su huerto y se ponía a sembrar y cosechar”
Específicamente, en el caso del café, nos comenta la pandemia en sí les pegó, ya que se quedaron con la mitad de la cosecha.
“Ahora gracias a dios, mi hijo y mi nieto que están metidos en la venta, han tenido contactos. Mi nieto dice que si algo pasara tenemos contactos y ya no nos preocupamos”.
“Nosotros, cuando crecemos y nos volvemos más viejos, no sabemos cómo da vueltas la vida. Es difícil cuando empezamos a trabajar en las fincas. Hay que pensar que debemos hacer cosas bien y acomodar papeles. Nadie tiene la vida comprada”.
“Esto (refiriéndose a las fincas) ya tiene sucesor. Nos ha costado trabajo levantarlo y no siempre estaré al frente. Cuando llegue el momento alguien se hará cargo. Cuando me sienta cansado me iré, aunque aún me dan ganas de andar”.
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